La Guia Completa de Vitaminas, Hierbas y Suplementos by Winifred Conkling

autor:Winifred Conkling
La lengua: spa
Format: epub
editor: HarperCollins
publicado: 2012-05-08T16:00:00+00:00

Alzheimer y Demencia

Una de las ventajas de envejecer es que acumulamos sabiduría y recuerdos muy preciados de toda una vida. Infortunadamente, el Alzheimer y la demencia pueden robarnos este conocimiento, que es parte de lo que nos hace ser quienes somos. Más de cuatro millones de estadounidenses sufren de Alzheimer o demencia, incluyendo a dos de cada tres pacientes que están recluidos en hogares de retiro.

Esta enfermedad causa un deterioro gradual del cerebro, lo que tiene como consecuencia la disminución continua de las habilidades mentales y, eventualmente, las físicas. A medida que la enfermedad progresa, las fibras nerviosas que rodean el hipocampo (el centro de la memoria en el cerebro) se cruzan y se anudan, así, esta maraña de fibras nerviosas es incapaz de guardar o recuperar información. Además de este corto circuito interno, el cerebro también experimenta un descenso en la concentración de las sustancias neurotransmisoras, lo que con el tiempo rompe la red de comunicaciones del cuerpo.

La demencia (o demencia senil) se refiere a un deterioro mental general, que incluye pérdida de la memoria, melancolía, irritabilidad, cambios de la personalidad, comportamiento infantil, dificultad para comunicarse e incapacidad de concentración. El Alzheimer es un tipo de demencia.

El Alzheimer, la demencia y otras pérdidas progresivas del funcionamiento mental no son normales ni una parte inevitable del proceso de envejecimiento; son el indicativo de que algo anda mal. En una persona saludable, el desempeño intelectual puede mantenerse relativamente bien hasta los noventa años, si se le provee a la mente de suficiente estímulo mediante el aprendizaje. La mayoría de las personas mayores no pierde una parte significativa de su funcionamiento mental y, si le pasa, usualmente es el resultado de un problema físico, como una apoplejía.

Infortunadamente, los expertos no entienden a cabalidad las causas del Alzheimer y la demencia, aunque parece haber un vínculo hereditario. Lo que sí sabemos es que el cerebro de los pacientes con Alzheimer tiende a tener niveles altos de aluminio, calcio, silicio y sulfuro. Algunos investigadores especulan que la proteína de la sangre llamada ApoE (apolipoproteína E) puede tener ingerencia en la enfermedad. La genética determina la presencia de esta proteína, y varias formas se han asociado con un mayor riesgo de sufrir Alzheimer. Sin embargo, no es claro si la ApoE destruye las neuronas o si está involucrada en la formación de placas.

Hasta ahora, no existe una cura para el Alzheimer ni ninguna manera conocida para revertir o detener el progreso de la enfermedad. Todas las terapias, tanto naturales como convencionales, ayudan sólo a lentificar el avance y aliviar los síntomas.

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